Partido intenso. Demasiada marca y presión. Pérez y Ovelar se destacaron en el primer tiempo por su intensidad en la cancha. El visitante atacaba por las puntas. Millonarios no tenía el balón y tampoco llegaba con fuerza ni precisión. Banguero, Payares, Palacios y Rambal, unas de cal y otras de arena con desatenciones en la cancha. En el minuto 35 se lesiona Pérez y entra Silva. En un mal regreso de la defensa, nacional cobra con Hérnández (0-1). Montoya, intenciones y nada más.
El equipo verde sorprendió manejando el balón y con pases largos que provocó que los volantes azules (Duque, Carrillo) estuvieran imprecisos. Algunas caídas y resbalones de jugadores incomodaban el trámite del partido, al no poder ajustar los guayos. Millonarios se mostraba con un fútbol desconocido. No generó buen fútbol ni fue efectivo en la primera parte.
En la fase complementaria el cuadro embajador buscó el partido. Ovelar por arriba en los centros y tiros de costado, pero caía en el fuera de lugar por abajo. Silva no aportó lo que se esperaba. Entró Marrugo por Montoya y le dió más presencia a la ofensiva embajadora. Un medido pase de Marrugo a Ovelar, que este último convirtió en gol (1-1).
A puros cojones y Duque corriendo y metiendo, el juego se hizo más vertiginoso. Wuilker, gigante con atrapadas de lujo. Jader Valencia que entró por Quiñones, no tuvo opciones.
Empate justo. Se pudo hacer más pero hay que considerar que el rival tiene lo suyo (velocidad y táctica) y no dejó espacios de maniobra para aumentar el marcador. Hay que reconocer que el juez Sánchez dejó jugar y no se arrugó con el compromiso.
La nota "negra" la protagonizó Cuadrado -jugador desagradecido con Millonarios y Bogotá- que mostró su rencor y odio en el juego de hoy.
Albiazul saludo.
