Agrio empate, pobre espectáculo. Cero en talento, cero en creatividad, cinco en bostezo, cinco en táctica tapón. Fue un partido homenaje a la fuerza bruta por encima del ingenio, el arte y la estética. Los equipos en contienda firmaron el empate desde el inicio, presión en marca, pocos espacios, más fricción menos fútbol, sin salida clara.
La tenencia del balón fue compartida. Inclusive las malas entregas y los pelotazos abundaron ante la inoperante y poca efectividad en los pases. El ritmo del juego se hizo lento y ambos equipos se dedicaron a cuidar el resultado, a no hacerse daño, solo a dar un concierto de empujones, mañas, patadas y reclamos. El "clásico" dejó mucho que desear. El local tampoco colaboró y ante un juez tarjetero y permisivo nada se pudo hacer.
Estrada no apareció, Rojas lo intentó, los defensas salieron vencedores ante los volantes y delanteros carentes de ideas y explosión. Nuñez, solo ante dos postes. Rangel sin opciones. Los cambios de Silva por Estrada, Mejía por Rojas y Manga por Nuñez poco cambiaron el panorama.
Estábamos advertidos, partido al estilo uruguayo. Millonarios obtuvo su premio, un punto para sumar como visitante. El cuadro rojo mostró muy poca ambición y un esquema mezquino y defensivo. Volveremos volveremos ante Equidad por copa y ante Pasto por Liga. Será a otro precio porque ante equipos que proponen más, el cuadro embajador buscará el triunfo contundente sin duda.
Albiazul saludo.
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