Millonarios no merecía perder. El partido no fue un modelo de virtudes. Por el contrario, estuvo enredado la mayor parte del partido, con dos equipos intentando llegar pero a los que les faltó claridad y contundencia.
En en primer tiempo la pelota deambuló sin ton ni son. Pelotazos van y vienen, dominio alterno. El cuadro azul tocaba e intentaba pero se veía aparatoso e impreciso, gracias a la muralla defensiva del rival y la mala entrega del visitante. Aún así se presentaron algunas opciones en los arcos predominó la falta de contundencia y al fútbol inofensivo.
Estrada y Silva no estuvieron al nivel conocido lo mismo que Robayo y Blanco. La defensa tampoco dió garantía absoluta porque Vega ansioso y equivocado. Ochoa y Machado cumplieron. Vikonis atento, se equivocó en un despeje que no pasó a mayores. En el gol búcaro no tuvo culpa porque un defensa desvió el balón.
Después del gol local, el equipo embajador reaccionó manejando el balón y llegando por las bandas. El juego estuvo cortado y la lluvia impidió un mejor desempeño.
Entró Rojas, Agudelo y Carrascal por Nuñez, Vega y Robayo; destacándose el volante sucreño por su entrega y pases precisos. Bucaramanga no mostró mayor cosa, ante su inoperancia ofensiva y defensa rígida.
Cuando pensábamos que la derrota por la mínima diferencia se venía, apareció del ahogado el sombrero o el conejo del mago y Henao salvó la patria con un golazo de media distancia con la complicidad de la barrera y la viveza de Rangel.
El punto sirve para sumar en la tabla. Quedan seis jornadas y se apretarán los partidos porque nadie quiere regalar nada y buscar clasificarse rápido.
Ante Junior de local, MILLOS deberá hacer respetar la casa.
Albiazul saludo.
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