Partido atípico, sin público. Millonarios ha perdido su esencia. Es un equipo sin brújula, a lo que salga, con vértigo y ganas pero sin pausa ni talento. Primer tiempo, un golazo de Rojas de media distancia y pare de contar..(1-0)
La ausencia de talento y desequilibrio hace que el rival se crezca, juegue como quiera y que el cuadro azul no sea ni parezca local. Ya nos perdieron el respeto. Rival que llega a Bogotá, sabe que se va a encontrar con un Millos de sabor insípido, desordenado, sin explosión, descifrable, que dejará espacios para tocar y crear opciones. Los felinos no se entregaron, corrieron, lucharon y dejaron buena impresión.
Huérfano, Mosquera (inclusive peca de individualista) y Ayala como novedades. Lo intentan, muestran actitud y chispa pero aún les falta afianzarse. El cuadro embajador ataca permanente pero descuida las bandas en su desbordado ímpetu, equivocando algunos pases y quedando a merced del contragolpe. Ayron, otrora goleador, ahora desapercibido. De los Santos y Cadavid, los mata la lentitud para reaccionar ante delanteros veloces. Silva y Rojas, a veces se pierden en los partidos y no marcan diferencia.
En el segundo tiempo, Millonarios le "regaló" el balón al cuadro monteriano. Contragolpeó pero no concretó. Se quedó sin fuerzas y parecía visitante, mientras el rival se divertía en su avance ofensivo. Quiñones por Mosquera, Nuñez por Huérfano y Valencia por Del Valle, cambios sin efecto. El local pareció olvidarse del partido, jugó sin sangre, sin alma, predecible.
Paridera al final. Penal atajado por Vikonis, quien fungió de héroe en este paupérimo espectáculo futbolístico. Y Russo, bien gracias, con qué milonga nos saldrá para explicar este juego?
Se viene américa. Hagan sus apuestas señores!
Albiazul saludo.
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